viernes, 28 de agosto de 2015

02/04

Él había comido mil páginas de libros. Ella había aprendido a vivir sin conceptos.
Toc, toc, toc...
En tres tiempos, cruzaron miradas.
A pesar de que su voz abrumaba y ella prefería tonos más melódicos, decidieron sustituir sueños en un mundo más sensible (este, este..)
Se asombraron al alumbrarse de normas extrañas. Podían decidir vivir miles de /fantasías/ más, ¡tantas como las estrellas!
Era reconfortante, ¿especialmentereal?
O más abrumador, quizá una completa
locura..

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