sábado, 18 de junio de 2016

Libres y presos

Dejo de sentir en mi piel para sentirte en la palabra. Mi alma te adora. Labios perfectos en los juegos de mi mente. Me reconforto. Te estoy amando al cerrar los ojos -carita de mono tapándose los ojos-. Tus ojos. Tu voz. Qué vidas las nuestras que eligieron vivir distantes y extrañándose, anhelando el momento de la presencia. Tócame. Quiero tocarte. Y, a pesar de tantos deseos, existe la felicidad de que somos nosotros los que, libres y presos, decidimos vivirnos uno al otro.


No hay comentarios.: