Hace unos cinco años.
Todas las mañanas
el desayuno
y la novela a las nueve.
A las doce
la comida, su comida
y al cole.
No salgas, no sal...
No me sigas.
Quédate, espérame.
A ti no te dejarán entrar.
Poca voluntad alcanza
(quizá a veces)
para dejarte quién sabe
si triste o molesto.
De todas formas,
siempre agradezco
que sigas atento
a mover la cola
si de casualidad aparezco.
Todas las mañanas
el desayuno
y la novela a las nueve.
A las doce
la comida, su comida
y al cole.
No salgas, no sal...
No me sigas.
Quédate, espérame.
A ti no te dejarán entrar.
Poca voluntad alcanza
(quizá a veces)
para dejarte quién sabe
si triste o molesto.
De todas formas,
siempre agradezco
que sigas atento
a mover la cola
si de casualidad aparezco.
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