Las horas con ausencias se hacen demasiado largas.
Pero el rastro con el tiempo cesa.
Se vuelven canciones interminables.
Riffs que se repiten una y otra vez en medio del tráfico,
en medio de la gente que llega tarde,
en cada luz roja del semáforo.
-tu pasividad me da náuseas-
Y yo siempre vuelvo a correr,
a dejar desordenado todo.
No corro por la hora azul...
Corro porque la voz traslúcida no deja de gritar.
Se queda helada si siente que no la escucho.
Yo corro porque he nacido para irme
siempre de aquí o de allá.
Con el grito desesperado de alguien que pide
vida
y no sabe
no sabe, no sabe el nombre ni la calle ni la dirección.
---
Su mirada vuelve, sus palabras
se quedan heladas si creen que no las oigo.
Unos riffs de guitarra
me llueven
en medio de Cortázar, de Kafka.
Yo también me creo inocente del proceso.
Yo también me siento lejana.
Me mato. Me gusta matarme.
Y luego volver a respirar...
Pero el rastro con el tiempo cesa.
Se vuelven canciones interminables.
Riffs que se repiten una y otra vez en medio del tráfico,
en medio de la gente que llega tarde,
en cada luz roja del semáforo.
-tu pasividad me da náuseas-
Y yo siempre vuelvo a correr,
a dejar desordenado todo.
No corro por la hora azul...
Corro porque la voz traslúcida no deja de gritar.
Se queda helada si siente que no la escucho.
Yo corro porque he nacido para irme
siempre de aquí o de allá.
Con el grito desesperado de alguien que pide
vida
y no sabe
no sabe, no sabe el nombre ni la calle ni la dirección.
---
Su mirada vuelve, sus palabras
se quedan heladas si creen que no las oigo.
Unos riffs de guitarra
me llueven
en medio de Cortázar, de Kafka.
Yo también me creo inocente del proceso.
Yo también me siento lejana.
Me mato. Me gusta matarme.
Y luego volver a respirar...
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