sábado, 3 de octubre de 2015

muévete


La encontré bailando como loca.
 Sus cabellos bailaban mejor que ella.
 Sus mejillas, sus caderas y sus pies gritaban felicidad a las 5 de la tarde.
No importa la música-me dijo.
 Ven y mueve tu vientre como lo hace cuando tienes hambre de ser alguien más. Mueve tu sombra y oblígala a salir de ti.
Su voz iluminaba el espacio. Recorría las paredes y atravesaba los espejos.
 Era una chica de veinte años. Veinte largos años que la habían llevado por la vida buscándome. Allí estaba.

Sus ojos me hipnotizaban en una especie de círculo infinito. Yo era el blanco. Un blanco perfecto. Ella llego en el momento preciso. Preciso momento para vivir.



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