Palabras indefensas que gritan sin remedio
tu nombre encerrado en dicotomías.
Dos, como el cielo y la luna.
Dos, como blanco y negro.
Somos diferentes. Está claro.
Pero solo eso... Diferentes.
No menos. No más.
Es mi cuerpo.
Mi vida. Mi futuro.
Basta de silencios
QUE solo refuerzan
tus ganas de querer hipnotizarme.
No te reafirmo, no te reafirmo.
Soy más que un esqueleto lleno de músculos.
Tengo cerebro.
Tengo voz y silencios.
Es momento de hablar y decirte lo que pienso.
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