Lo trágico es que ellos
ignoran su conciencia
con cada etiqueta no leída,
con cada protesta no cumplida,
con cada voto
por descarte.
Ellos, nosotros, todos...
Lluvias ácidas y
calles sin veredas.
No consiguen no empaparse
de recuerdos
y de ojalás "si fueran
otros los que administran",
los que nos callamos,
los que sin querer
a veces no pensamos.
Pero se detienen
en suspenso
y prefieren,
preferimos...
mirar el espejo y disimular
que las lluvias
no inundan las calles,
ni ensucian nuestro ego.
Asimilan, asimilamos
la vida
y echamos la culpa a ellos,
a los otros.
Vivimos del pasado
y no se han dado cuenta,
no nos hemos dado cuenta
que los verbos pretéritos
no resucitan, no sobreviven
y menos son eternos.
ignoran su conciencia
con cada etiqueta no leída,
con cada protesta no cumplida,
con cada voto
por descarte.
Ellos, nosotros, todos...
Lluvias ácidas y
calles sin veredas.
No consiguen no empaparse
de recuerdos
y de ojalás "si fueran
otros los que administran",
los que nos callamos,
los que sin querer
a veces no pensamos.
Pero se detienen
en suspenso
y prefieren,
preferimos...
mirar el espejo y disimular
que las lluvias
no inundan las calles,
ni ensucian nuestro ego.
Asimilan, asimilamos
la vida
y echamos la culpa a ellos,
a los otros.
Vivimos del pasado
y no se han dado cuenta,
no nos hemos dado cuenta
que los verbos pretéritos
no resucitan, no sobreviven
y menos son eternos.
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