martes, 25 de agosto de 2020

Soledad

Con el tiempo, la soledad se vuelve muy ligera, incluso amena. Tus ansiedades siguen presentes, sí, pero también tienes más control.

Entiendes que los que te rodean siguen presentes. Sabes que los quieres y aceptas que te quieren a su manera, en su distancia.
Abrazas la vida con más calma. Agradeces, siempre.
La soledad deja de ser una carga y se vuelve tu espacio.
Tampoco te encierras. Entiendes que la vida necesita coraje.
Vives, amas, sueñas. Tienes miedo de caerte, sí, pero tienes más miedo de no intentar, de no vivir.
Aquí estoy, sola, amando(me)(los) más que nunca.
Tengamos mucho coraje, ahora mucho más.



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