Un fuego lento se clava en mi garganta
mientras las miradas
confiesan
una a una
el vacío de estómago
de cada uno.
Un viento helado
me quiebra
poco a poco
mientras mi mente
comprende
que siempre ocurrió
a
nuestras
espaldas
o delante
de nosotros
o en todos lados
Su mirada
se pierde
en el bosque.
Su nombre
se destroza
Su nombre
ya no me dice nada
Sus abrazos
me dan náuseas
Quiero ser el ave
que por la ventana
rondea
nuestra mesa
Quiero ser ese ave.
Quiero irme lejos
De este nicho.
Quiero llevarme a mi madre
A un lugar
Donde vivamos tranquilas
Y comamos todo el día
Quiero poder protegerla
como cuando ella de niña
lo hacía
Quiero volver a creer
en el mundo
que un día
creí puro y eterno
He llegado
a un punto más
de no retorno
Y me estoy ahogando
un poco
Pero el abrazo
impuro
entre mi madre y yo
Crece a pesar
de tanta mierda
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