Llegamos y era de noche. Hacía frío y solo teníamos dos polos y sandalias. Alisson se fue. Ellos me dejaron.
La coreografía estaba lista. Los ternos y vestidos, también. Siete días pasaban y yo no era consciente de que se acababa. El verbo, somos un salón, carpe diem, estaba por desaparecer.
Llegué tarde, como siempre. Todos estaban muy lindos. Peinados, vestidos con brillante, ternos impecables. Ray renegaba, pero qué importaba.
La ceremonia empezó. Duró una eternidad entonces, pero ahora me parece todo muy rápido. Emotivos discursos,brindis y luego bailamos. ¡Aún recuerdo los pasos! Jeka era una experta, jamás olvidaré la coreo. Ray... A Ray solo lo movía la emoción. Jaja.
Bailamos, lloraron, se emborracharon, fuimos felices. Era la última noche de 35 y Papo. Ahora es el veintiocho más hermoso que tengo.
No era consciente. Veinticuatro, navidad, año nuevo. Todo paso sin que me percatara, de hecho ya ni me acuerdo.
2013, y empezaba. No iba a estudiar; trabajar, sí. ¡Qué importaba! Era feliz y lo soy. Me encanta mi trabajo.
Fueron dos hermosos y terribles meses. Era mi depresión convirtiéndose en fortaleza. Lloraba casi siempre, y no dormía. Solo recordaba y lloraba más. No dormía. Internet y depresión. Comida y lágrimas. Fue desesperante. Engordé.
Entonces Kevin me escuchaba. Me daba fuerzas. Estuvo ahí cuando nadie y confié en él.
Era horrible. Negativismo era lo primero que tenía. Combinado con baja autoestima, desilusión y una pizca de suicidio.
En ese mismo tiempo ocurriría lo que ahora es mi lado herbal. Un conjunto de sucesos que ahora forman parte de lo que soy. Estar agradecida es poco.
Primero mi bienestar. Salud, ejercicio, hidratación. No cambiaría por nada todo lo que aprendí. Y doy gracias.
Luego, yo. Evento tras evento. ¿Tristeza? ¿Problemas? Aprendí a ver el mundo de otra manera. A sacar el lado positivo de todo. Fue difícil, pero lo logré. Y doy gracias.
Hoy soy una mejor versión de mí misma. Gracias Herbalife.
Gracias hermano, jamás lo habría hecho sin ti. Ivan, por fortalecerme, enseñarme, inspirarme. Mark, Jim, Kiyosaki, Eduardo, Edgar, chairmans, presidentes, millonarios, tabuladores, mundiales, mayoristas, distribuidores, clientes, gracias. Gracias familia herbal.
Jamás terminaría. Club de nutrición, baile-terapia, oficina, volantes, encuestas, anuncios, páginas, eventos, entrenamientos, retiros, extravaganza, fin de semana, hom. Jamás seré la misma. No lo quiero.
30 días se hicieron seis meses. Amaba y odiaba mi vida. Ironía. Me quería morir y, a la vez, vivir. No me entendía. Complicado.
Mis días eran felices. Y otros tristes. Estaba mal. Bipolar. Aunque suene trillado.
Lloraba de rabia y cantaba como alguien "normal". La gente no entendía, ni siquiera sabía de mí, ni de mi historia.
Mamá lloraba, papá prefería parecer normal. Y no aguanté más. Lloré y lloré. Alcé mi voz y no me fui hasta que no me escucharan.
Pasaron como dos semanas y me encontré sentada en el psiquiatra. "Cuéntame.." Y me dieron pastillas. Me sentí escuchada, atendida.
En ese momento no entendía el sentido de mi vida y andaba un poco perdida. Hasta que aceptaron que me fuera a Huancayo. ¡Y fui feliz!
Tenía un cuarto, decidía mi tiempo, estudiaba inglés y viajaba. Me levantaba a las 5. Veía a Davi en el recreo. Dos minutos sintiendo de alguna manera el colegio.A Kevin lo veía por las tardes y de vez en cuando.
Hoy estoy mejor. Me siento más libre, más yo.
Luego Herbalife me daría uno de los viajes más bonitos hasta ahora. Ecuador: Quito, Guayaquil. Como seis viajes en avión.
Amé los aeropuertos, "ser extranjera" y cargar maletas.
La coreografía estaba lista. Los ternos y vestidos, también. Siete días pasaban y yo no era consciente de que se acababa. El verbo, somos un salón, carpe diem, estaba por desaparecer.
Llegué tarde, como siempre. Todos estaban muy lindos. Peinados, vestidos con brillante, ternos impecables. Ray renegaba, pero qué importaba.
La ceremonia empezó. Duró una eternidad entonces, pero ahora me parece todo muy rápido. Emotivos discursos,brindis y luego bailamos. ¡Aún recuerdo los pasos! Jeka era una experta, jamás olvidaré la coreo. Ray... A Ray solo lo movía la emoción. Jaja.
Bailamos, lloraron, se emborracharon, fuimos felices. Era la última noche de 35 y Papo. Ahora es el veintiocho más hermoso que tengo.
No era consciente. Veinticuatro, navidad, año nuevo. Todo paso sin que me percatara, de hecho ya ni me acuerdo.
2013, y empezaba. No iba a estudiar; trabajar, sí. ¡Qué importaba! Era feliz y lo soy. Me encanta mi trabajo.
Fueron dos hermosos y terribles meses. Era mi depresión convirtiéndose en fortaleza. Lloraba casi siempre, y no dormía. Solo recordaba y lloraba más. No dormía. Internet y depresión. Comida y lágrimas. Fue desesperante. Engordé.
Entonces Kevin me escuchaba. Me daba fuerzas. Estuvo ahí cuando nadie y confié en él.
Era horrible. Negativismo era lo primero que tenía. Combinado con baja autoestima, desilusión y una pizca de suicidio.
En ese mismo tiempo ocurriría lo que ahora es mi lado herbal. Un conjunto de sucesos que ahora forman parte de lo que soy. Estar agradecida es poco.
Primero mi bienestar. Salud, ejercicio, hidratación. No cambiaría por nada todo lo que aprendí. Y doy gracias.
Luego, yo. Evento tras evento. ¿Tristeza? ¿Problemas? Aprendí a ver el mundo de otra manera. A sacar el lado positivo de todo. Fue difícil, pero lo logré. Y doy gracias.
Hoy soy una mejor versión de mí misma. Gracias Herbalife.
Gracias hermano, jamás lo habría hecho sin ti. Ivan, por fortalecerme, enseñarme, inspirarme. Mark, Jim, Kiyosaki, Eduardo, Edgar, chairmans, presidentes, millonarios, tabuladores, mundiales, mayoristas, distribuidores, clientes, gracias. Gracias familia herbal.
Jamás terminaría. Club de nutrición, baile-terapia, oficina, volantes, encuestas, anuncios, páginas, eventos, entrenamientos, retiros, extravaganza, fin de semana, hom. Jamás seré la misma. No lo quiero.
30 días se hicieron seis meses. Amaba y odiaba mi vida. Ironía. Me quería morir y, a la vez, vivir. No me entendía. Complicado.
Mis días eran felices. Y otros tristes. Estaba mal. Bipolar. Aunque suene trillado.
Lloraba de rabia y cantaba como alguien "normal". La gente no entendía, ni siquiera sabía de mí, ni de mi historia.
Mamá lloraba, papá prefería parecer normal. Y no aguanté más. Lloré y lloré. Alcé mi voz y no me fui hasta que no me escucharan.
Pasaron como dos semanas y me encontré sentada en el psiquiatra. "Cuéntame.." Y me dieron pastillas. Me sentí escuchada, atendida.
Y al mes llegaron las fiestas. Sin sentido y sin lugar en mi memoria hace algunos años. Quizá porque son deprimentes y sin sentido.
Tenía un cuarto, decidía mi tiempo, estudiaba inglés y viajaba. Me levantaba a las 5. Veía a Davi en el recreo. Dos minutos sintiendo de alguna manera el colegio.A Kevin lo veía por las tardes y de vez en cuando.
Hoy estoy mejor. Me siento más libre, más yo.
Luego Herbalife me daría uno de los viajes más bonitos hasta ahora. Ecuador: Quito, Guayaquil. Como seis viajes en avión.
Amé los aeropuertos, "ser extranjera" y cargar maletas.
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