...Y salimos, sabiendo a lo que nos enfrentábamos,ya no con tanto miedo, pero con miedo.Una vez más a escuchar el sermón de aquel profesor que aparentaba ser recto, una vez más a no escuchar resondrar al profesor y salir adoloridos de ese castigo que se suponía que nos serviría en la vida, y digo se suponía, porque en realidad no era así, cada chico que estudiaba lo hacía solo por miedo al castigo y en mi opinión el profesor se valía de eso para ensinmismarse ante el director y que él dijera: "Él sí se preocupa por los alumnos", y además que los demás profesores y algunos padres de familia dijeran: "Él sí debe de enseñar bien, porque la mayoría de sus alumnos aprueba". O quizá: "Los alumnos sí se preocupan por estudiar su curso".
Solo pocos eran los que se ponían orgullos y elevaban el rostro burlándose de los pobres otros que se tenían que someter al castigo. Eran pocos los que miraban por aquel ventanal a los otros ser castigados. ¡Eran pocos los que se salvaban!...
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