He recordado aquel concierto
y mi vacío abismal
que intentaré explicar.
.
Había imaginado tantos momentos contigo. Creo que esto puede ser un error porque no controlas la vida del otro, pero igual lo haces. Igual haces planes.
Ese concierto era /nuestro/ en mi cabeza. No me imaginaba disfrutarlo con nadie más.
Y no estuviste.
Sentía que era algo que nos debíamos, que habíamos soñado. Pero no llegamos y me sentí vacía. Ese concierto y esas canciones no tenían el mismo sentido sin ti.
En medio de tanta gente, te extrañé tanto. Extrañé al chico al que amé con tanto de mí. Creo que de alguna forma me despedí de ti en ese momento.
Porque tú habías dejado de ser tú. O, más bien, seguías siendo el verdadero tú y no el que yo había imaginado.
Esas canciones me provocaron náuseas por muchos meses. Era un sentimiento que no podía procesar. Hoy, con el tiempo, he vuelto a abrazarlas. He vuelto a abrazar ese concierto y a recordarlo de otra manera.
Ya no te extraño.
Lo que no significa que no abrace tantos recuerdos con más amor. Todavía no completamente, pero lo estoy intentando.
Reconciliarme con lo que viví me es vital. Abrazar mi historia (a ti) es otro acto de amor.
.
El mató me recuerda que
//ahora soy mejor
te juro soy mejor//.
Estalla la angustia
(¿de qué?)
en el cráneo.
Explota el cuerpo
pidiendo ayuda.
Sangro.
Corro antes del
toque de queda.
Nadie me persigue.
Corro.
Explota de nuevo.
Silencio.
Estalla la angustia
y veo tu rostro.
Calma.
